La exfoliación química juega un papel importante en la rutina de skincare y la mejora de la apariencia de la piel. Este procedimiento ofrece una variedad de opciones para abordar diversas preocupaciones en nuestra carita, desde el tratamiento del acné y la reducción de manchas hasta la mejora de la textura y la uniformidad.

En este blog post, te contaremos todo lo que tienes que saber sobre la exfoliación química: los diferentes tipos, los beneficios y algunos consejos clave para dominar la técnica.

¿Qué son los exfoliantes químicos?

Los exfoliantes químicos son productos que contienen ácidos de la familia de los hidroxiácidos, comúnmente conocidos en la industria de la cosmética por sus siglas específicas: AHA (alfa hidroxiácidos), BHA (beta hidroxiácidos) y PHA (polihidroxiácidos).

A diferencia de los exfoliantes físicos, que eliminan las células muertas manualmente con ingredientes como el azúcar y otras micropartículas, los exfoliantes químicos no requieren frotar la piel físicamente, lo cual puede ser demasiado agresivo para algunas personas. Los exfoliantes químicos penetran las capas de la piel para regular y mejorar su aspecto, ofreciendo una serie de beneficios:

• Eliminan manchas causadas por el acné.
• Mejoran la textura de la piel.
• Reducen y/o eliminan la hiperpigmentación.
• Disminuyen las marcas de la edad, como las arrugas.

¿Qué diferencias existen entre el AHA, BHA y PHA?

Los Ácidos Alfa Hidroxi (AHA) actúan en la capa más superficial de la piel, donde ayudan a mejorar la producción de nuevas células, estimulan la producción de colágeno y retienen la hidratación natural de la piel. Además, al aplicar otros productos en tu rutina, los AHA preparan la piel para una mejor absorción y eficacia.

El ácido glicólico es un ejemplo común de un Ácido Alfa Hidroxi (AHA) utilizado en productos de cuidado de la piel. 

Los Beta hidroxiácidos (BHA) son solubles en aceite, lo que les permite penetrar profundamente en la piel. Esto les otorga la capacidad de reducir efectivamente la apariencia de los poros al limpiarlos desde el interior.

El ácido salicílico es un ejemplo perfecto de un Beta hidroxiácido (BHA).

Por último, los Ácidos Polihidroxi (PHA) son ideales para pieles secas o sensibles. Estos ácidos trabajan en todas las capas superficiales de la piel sin penetrar tan profundamente, lo que los hace más suaves y perfectos para pieles delicadas.

El ácido láctico es un ejemplo común de un Ácido Polihidroxi (PHA). Es conocido por su capacidad para exfoliar suavemente la piel, mejorar la textura y el tono, y ayudar a retener la hidratación.

Estos tres tipos de ácidos optimizan la eficacia de otros ingredientes activos en tu rutina de cuidado de la piel, maximizando así los beneficios de tus productos. Sin embargo, es importante recordar que la exfoliación debe realizarse de 2 a 3 veces por semana para evitar dañar la barrera cutánea o sobreexfoliar la piel.